Es un proyecto, emplazado junto a la carretera principal de la ciudad, que consta de dos programas independientes: una iglesia bautista y una escuela de primaria. Ambos espacios se interrelacionan con una plaza principal de acceso, donde la vegetación forma parte del lenguaje arquitectónica con un árbol de porte grande que simboliza el habitual punto de encuentro en Guinea. Con la materialidad del pavimento se determina el uso de cada espacio; una capa de grava, que sirve de filtración y retención de sólidos, da paso al cemento pulido de la zona edificable. Asimismo, a pesar de compartir parcela, la circulación de cada espacio requiere su privacidad. La iglesia, concebida como lugar de encuentro, necesita una escuela de catecismo, con su correspondiente carácter privado y de recogimiento. Mientras que la escuela, si bien cuenta con la biblioteca como edificio de uso público, requiere de un alto grado de privacidad y control para las aulas de parvulario. Este último es un proyecto concebido en tres edificios que otorga protagonismo a los escolares, cuyas manos pintadas se adueñan de la fachada que, por edad, les corresponde.