El proyecto se desarrolla en un entorno industrial propio de la calle Pere IV, en el barrio del Poblenou de Barcelona. La presencia previa de la calle Pere IV (trazado histórico de la antigua carretera de Francia) al trazado del ensanche proporciona una confrontación, la imposición de la nueva retícula ha mermado el carácter industrial y fragmentado del barrio que, en sus inicios, articulaba terrenos agrícolas.

 

Este proyecto propone mantener la esencia y se deja guiar por la trama antigua caracterizada por el skyline, la profundidad y los cambios de escala heterogéneos. La poca regulación normativa y los factores históricos han dejado visible un elemento que toma un valor muy significativo: las medianeras.

 

Como generador de encuentro se propone la integración del espacio plaza como dinamizador entre los dos volúmenes que forman la residencia de estudiantes y el polideportivo. El proyecto comparte un mismo lenguaje para los dos edificios. Hablamos de una volumetría fragmentada que, a la vez, ofrece continuidad a la calle Pere IV.

 

La decisión de mantener las tres pistas del polideportivo a la misma cota del paseo exterior garantiza una continuidad visual y física proporcionando así un espacio más flexible para celebraciones y actos de gran magnitud.

 

La definición de la materialidad es también la resolución de la luz, una composición de aberturas y filtros. Asimismo, la materialidad exterior la protagoniza el estuco blanco, típico de las casas mediterráneas. Mientras que en las fachadas interiores, en planta baja, se utiliza la madera contrachapada, madera que da calidad al interior de la plaza.

 

El resultado y protagonista es un interior de manzana heterogénea con carácter de barrio. Se busca un lugar singular que recoja la identidad de Poblenou, un espacio intersticial de carácter semipúblico que ofrezca al usuario una relación entre los tejidos más consolidados y los nuevos equipamientos propuestos.

 

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